domingo, 28 de septiembre de 2008

Maradona y el sindicato mundial de futbolistas

Un día como hoy hace trece años, el polémico astro argentino Diego Armando Maradona, con el fin de enfrentar a la mafia capitalista de la FIFA y hacer contrapeso a los grandes clubes de balompié, dio un importante paso en su intención de organizar un sindicato a nivel global de futbolistas profesionales.



Por Camilo Rueda Navarro

El 28 de septiembre de 1995 el rebelde del fútbol fundó en París (Francia), con destacados jugadores como Eric Cantoná y George Weah, el sindicato mundial de futbolistas, del que también hicieron parte Ciro Ferrara, Gianfranco Zola, Gianluca Vialli, Hristo Stoichov, Laurent Blanc, Michael Preud’Homme, Rai, Thomas Brolin, entre otros. La organización fue llamada Asociación Internacional de Futbolistas Profesionales (AIFP), para la cual el Diego fue elegido presidente y Cantoná vicepresidente.

El jugador de fútbol es lo más importante y vamos a defender sus reivindicaciones hasta la muerte”, dijo Maradona al presidir una de las reuniones de la AIFP, celebrada en febrero de 1997 en Barcelona. Uno de los logros más importantes de la asociación fue conseguir el apoyo del belga Jean Bosman, quien consiguió derrotar a la poderosa UEFA ante los tribunales, determinando la apertura de las ligas de la Unión Europea para los jugadores comunitarios. De hecho, la asociación realizó un partido en homenaje suyo celebrado en el Estadio Olímpico de Montjuic de la ciudad catalana, evento en el cual se efectuó la presentación oficial del sindicato.

La AIFP también dio la pelea para que se diera a los jugadores un porcentaje de los jugosos contratos televisivos para la transmisión de partidos, así como para que se revisara el horario de los encuentros, los cuales, al programarse al mediodía, afectaban el rendimiento físico de los deportistas.

La iniciativa no prosperó porque este colectivo no pudo estar a la altura de las esperanzas y ambiciones de Maradona, su principal promotor. Pero sentó un precedente en la lucha de los jugadores de fútbol por el cumplimiento de sus derechos y en contra de la irrupción voraz del gran capital en el deporte más popular del mundo.

Actualmente, los jugadores profesionales de fútbol de 42 países de los cinco continentes están agremiados en la Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales (Fifpro) entidad que vela por sus intereses.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Sócrates y la democracia corinthiana


"Corinthians será el equipo del pueblo".
Miguel Bataglia, primer presidente del club.


Por Xavier A. Flores Aguirre
Columnista
xaflag@yahoo.com

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Sócrates, "El Doctor", ideólogo de la democracia corinthiana, en la foto con la selección brasilera en 1986.
Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira, conocido simplemente como Sócrates, o como O Doutor, en virtud de la profesión cuyo estudio alternó con sus 404 goles, tenía según escribió Eduardo Galeano en El fútbol a sol y sombra, “cuerpo de garza, altas piernas flaquísimas y pies pequeños que se cansaban fácil, pero era un maestro del taquito, y se daba el lujo de convertir penaltis con el talón”. Jugó en la selección brasileña de los mundiales de España 82 y México 86, pero yo lo recuerdo solamente en aquel mítico Mundial del 86 (el mundial del Diego) como aquel barbado centrocampista de la única selección de Brasil que ha despertado mis simpatías.

No me enteré sino hasta mucho después, mediante la lectura de un preciso artículo que publicó la revista Diners y la investigación que realicé para colgar un artículo en mi bitácora de internet que este sujeto de cortazariano aspecto es persona de profundo ideario democrático, cuyo ejemplo me interesa mucho porque defiende dos premisas que yo entiendo básicas para un concepto de buen gobierno: el respeto a la autonomía individual y la promoción del autogobierno colectivo. O Doutor Sócrates lideró una experiencia futbolera y política llamada democracia corinthiana, cuyo lema era “liberdade com responsabilidade” y que se puso en práctica en el equipo paulista Corinthians en tiempos de la dictadura militar brasileña (años 82 y 83).

La experiencia, en resumidas cuentas, es la que sigue: en el Corinthians de aquel entonces todo se decidía por consenso: la comida, la alineación, las contrataciones, las dimisiones, los momentos para entrenar; se eliminaron las concentraciones y se defendió con pasión futbolera el irrestricto respeto a todo aquello que los jugadores hicieran fuera de las canchas. Y lo mismo, para tomar todas estas decisiones, votaba el peor de los suplentes como el más linajudo de los directivos: la democracia corinthiana es un diáfano ejemplo de autogobierno colectivo y de respeto a la autonomía individual que, para probarnos que esos atributos no se riñen con la victoria, participó de la consecución del Corinthians de los campeonatos de los años 82 y 83 y de la elección de Sócrates como mejor jugador sudamericano de 1983.

Además, otros datos no menores: la economía del club era solvente (un superávit de 3’000.000 de cruzeiros, cosa inédita) y su contribución al debate sobre la democratización del régimen militar (mediante el uso de lemas en sus blancas camisetas como “Democracia”, “Direitas-Ja” o “Eu quero votar para Presidente”) fue notoria y es notable.

Resumiendo, no conozco palabras mejores para definir la democracia que las palabras del jugador de Corinthians Biro-Biro: “La democracia me hace aprender a respetar la diferencia sin jamás aceptar las desigualdades”. Como tampoco conozco mejores palabras para cerrar esta columna que celebra la democracia corinthiana que las palabras con que Sócrates finaliza su libro Democracia Corinthiana: A Utopia em Jogo, escrito en conjunto con el periodista Ricardo Gozzi: “Conseguimos probarle al público que cualquier sociedad puede y debe ser igualitaria.

Que podemos desprendernos de nuestros poderes y privilegios en procura del bien común. Que debemos estimular que todos se cohesionen y que pueda participar activamente de los designios de sus vidas. Que la opresión no es imbatible. Que la unión es fundamental para superar los obstáculos difíciles. Que una comunidad solo puede fructificar si respeta la voluntad de la mayoría de sus integrantes. Que es posible darse las manos”. ¡Grande O Doutor! Que así sea.

lunes, 22 de septiembre de 2008

¿Y quién paga por el hincha muerto por la policía?

Henry Andrés Bohórquez, de 19 años de edad, estudiante universitario e hincha de Independiente Santa Fe, murió el pasado 20 de septiembre por la agresión policial que al parecer le causó un infarto, en momentos previos al clásico capitalino, que ganaron los rojos un gol a cero.



En cercanías al estadio Nemesio Camacho El Campín de Bogotá, hacia las cuatro de la tarde, hubo un intento de agresión entre hinchas de Millonarios y Santa Fe. La policía intervino y en medio de la confusión, agentes antidisturbios y auxiliares persiguieron a Henry Andrés, lo sometieron violentamente, golpeándolo a bolillazos, puños y patadas.

Según relatan los testigos, entre ellos su hermana Paola y su amigo Guillermo Sanmiguel, un policía le dio múltiples golpes, uno de ellos en el pecho, que provocaría su muerte al dejarlo sin respiración y con complicaciones cardiacas. Hay múltiples testigos del hecho, pues en ese momento aumentaba la afluencia de público para el clásico. También hay fotografías y videos de los sucesos.



Luego de su agresión, los policías abandonaron en plena calle a su víctima, negándole atención médica de urgencia que pudiera salvarle la vida. Su cuerpo fue llevado tardíamente a la Clínica San Nicolás, donde le informaron a su hermana que Henry Andrés llegó con un cuadro hemático, un cuadro craneoencefálico y que no reaccionó a los primeros auxilios. No obstante, el director del centro médico se “lava las manos” en sus declaraciones a la prensa.

“Misterio” es la definición que da la gran prensa burguesa, desinformando sobre la muerte del joven hincha, y diluyendo la responsabilidad de la Policía Metropolitana de Bogotá, atribuyendo el lamentable suceso a “causas desconocidas” presentadas en “confusos hechos”. Los medios hacen una amplia y amarillista referencia a la protesta de los hinchas de la barra santafereña, que arrancaron algunas sillas de la tribuna lanzándolas a la policía, mientras dejan en un segundo plano la pérdida de una vida a manos de la autoridad policial.

Hay un gran escándalo por los daños sobre la silletería de la tribuna sur. Anuncian judicializaciones, represión, cierres, aumento del precio en la boletería y sanciones ejemplares. Toda una cruzada en la que se deja en un segundo plano la vida de un ser humano. Al fin de cuentas, las dichosas sillas son sólo plástico, la vida no se puede reponer. A las autoridades distritales parece importarles más los asientos (que en últimas se pagarán con las entradas de los espectadores) que la vida de un joven, cuya pérdida motivó la reacción contra ellos y arengas contra la policía.

Así mismo, no se tienen en cuenta los incumplimientos por parte de las entidades involucradas de acuerdos firmados en las instancias de interlocución. Tampoco se hace referencia a que el precio de la boletería para las tribunas laterales fue incrementado premeditadamente en un 50% para el clásico, y que hubo un sobrecosto para los hinchas santafereños que ingresaron a la tribuna oriental.

De otra parte, fue un absurdo instalar silletería con espaldar en las tribunas populares, pues es sabido que allí se ubican las barras que presencian los juegos de pie, saltando y cantando. Incluso hace algunos años, cuando se llevó a cabo la instalación de las primeras sillas en El Campín, hubo un acuerdo para no colocar silletería en estas tribunas. Ahora se hace alarde de exigencias técnicas de la FIFA para que Bogotá siga siendo sede de la Selección Colombia.

En estos momentos se espera el dictamen de Medicina Legal sobre la muerte de Henry Andrés. La Policía Metropolitana de Bogotá, comandada por el Coronel Rodolfo Bautista Palomino López, es la directa responsable de este hecho luctuoso, que no debe quedar en la impunidad. Mientras tanto, se vendrá más represión y más brutalidad policial. A la vez, la incompetencia y arbitrariedad de funcionarios de entidades involucradas y el amarillismo de la prensa echan por la borda todo lo alcanzado en los programas por la paz en los estadios. La hinchada pagará la silletería que nunca pidió. ¿Quién nos pagará el hincha que nos quitaron?

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Léider Preciado: un goleador con corazón de león


Léider Calimenio Preciado Guerrero (Tumaco, 1977). Verdugo de arqueros, goleador por excelencia, potente definidor, cabeceador nato, artillero infalible en el área rival. Humilde, sencillo, tímido y de pocas palabras. Hizo famosa la camiseta 23, así como su amor confeso por Santa Fe. En El Campín y en otras muchas canchas, llenó de alegría a los hinchas santafereños con sus goles, que celebra con su célebre “pasito tun tun”. Se especializó en hacerle goles a Millonarios.


Por Camilo Rueda Navarro


El 2 de febrero de 1998 iniciaba el torneo colombiano con jornada de clásicos. Millonarios, estrenando (con su habitual bombo) a Pacho Maturana como técnico y con el 70% del estadio copado por sus hinchas, se iba arriba en el marcador. Santa Fe acudió a su histórica garra y en los últimos 15 minutos remontó con dos goles épicos, uno de ellos de un anónimo Léider Preciado, que sería su primer tanto en los clásicos capitalinos. Desde ahí quedó marcado el idilio entre el juvenil delantero y la hinchada santafereña.


El tumaqueño había llegado a Bogotá a probar suerte en las inferiores de Millonarios. Siendo apenas un niño, buscaba tener el éxito deportivo que permitiera sacar a su familia de la pobreza. Los azules lo dieron por "malo y costoso" y lo echaron del plantel. Fue a parar a la casa del rival, a Independiente Santa Fe, donde debutó en el primer equipo en 1996. En 1998 ganó un puesto en la delantera santafereña siendo parte de aquella memorable generación, integrada por Agustín Julio, Iván López, Pepe Portocarrero, entre otros. 15 goles en el primer semestre lo catapultaron pronto a la Selección Colombia, sedienta de goles, que se preparaba para el mundial Francia 98. En partido amistoso ante Chile en Santiago, ingresó al segundo tiempo para hacer dupla con el Tren Valencia. Colombia empató a dos con goles de “Tulei”, lo que le valió el pasaje para la cita mundialista.


En Francia, en el juego ante Túnez, ingresó a pocos minutos del final y anotó el único gol colombiano en el torneo, y hasta el momento, el último de la tricolor en mundiales. Otro gol legítimo le fue anulado. Su destacada actuación significó una prematura transferencia al fútbol español, truncando a los santafereños de gozar el resto de temporada con los goles del negro. De hecho, el expreso rojo, que disputaba la punta, se vino abajo y apenas entró a los cuadrangulares semifinales.


Con apenas 21 años Léider ya era un destacado delantero en primera división, donde muchos arqueros, entre ellos el rimbombante Miguel Calero, sufrieron de su potencia goleadora. También había integrado ya la selección mayor y jugado un mundial. Ahora defendería la camiseta de Racing de Santander en el fútbol español, una de las mejores ligas del mundo, donde también jugó con el Toledo. Sus 11 goles en España no le evitaron ser marginado por los técnicos, lo que permitió que en el campeonato del 2000, durante un semestre, revalidara su condición anotadora con el equipo del Pecoso Castro. En apenas medio torneo anotó 14 goles con la albirroja, lo que causó un nuevo llamado de los ibéricos.


Al año siguiente, Léider regresaría del todo a Colombia. Otros 15 goles en apenas cuatro meses lo cotizaron como goleador. Un emergente Once Caldas se hizo con los servicios del “Tun Tun” Preciado, equipo con el que anotó 10 goles. De allí pasó al Deportivo Cali, con el que ganó el botín de oro al proclamarse goleador en el 2003. A pesar de sus 38 goles con el verde del Valle, los célebres, exigentes y siempre complicados socios del segundo piso de occidental sólo tuvieron antipatía y desprecio hacia Preciado.



Para el 2004 la hinchada roja pidió el regreso de su goleador insignia, siendo la primera temporada completa que Léider jugó con Santa Fe. Ganó nuevamente el botín de oro con sus goles, incluyendo una tripleta el 22 de agosto en el clásico capitalino, en la que además celebró el gol número 100 de su carrera (el marcador final fue 4-1). En el 2005, de nuevo ante los azules, se hizo presente con dos goles en el marcador (3-0), completando así 13 goles en los duelos bogotanos. Su historia estaba marcada por los clásicos, partidos en los que el destino parecía cobrarle al “ballet azul” su desatinada decisión de haberle negado una oportunidad a aquel adolescente proveniente del Pacífico. Con dos anotaciones más llegó a los 15 tantos, igualando a Miguel Ángel Converti en la tabla de anotadores de los clásicos. El argentino hizo 14 con Millonarios y uno con Santa Fe, mientras que Léider los hizo todos con el león.


Después de un breve paso por Arabia Saudita, (7 goles en un semestre), volvió con el rojo en el 2006 a disputar la Copa Libertadores, registrando tres goles. En varias ocasiones se anunció el fin de su potencial goleador, pero él se encargó de desmentirlo siempre. Esos mismos contradictores le criticaron en proporciones desmedidas su incipiente gordura. Con falsos moralismos, le cuestionaron sus rabiosas e irreverentes celebraciones, que le hicieron valedor de más de un detractor (incluyendo periodistas, hinchas y dirigentes). Pero Léider siempre respondió con goles. Incluso en aquel clásico en que la parcial millonaria se mofó del asesinato de su hermano, a lo cual respondió batiendo la red. También fue polémica la celebración de su gol 100 con Santa Fe, en la que quiso decir que el sí tenía huevos, pero que fue calificada como “irrespetuosa” por la misma prensa sensacionalista que le cuestionaba su supuesta falta de cojones. No obstante, pidió excusas a los hinchas.



Con el regreso de Fernando Castro a Santa Fe en el 2008, Léider tuvo una nueva oportunidad de revalidar su condición anotadora, concretando 10 goles, incluido el histórico gol 15 en los clásicos. (Ver video) Pero pudieron más las presiones de sus detractores, que causaron su salida, por lo que Léider dijo hasta pronto y buscó exilio en el Deportivo Quito de Ecuador, donde debutó con gol. En declaraciones a la prensa, afirmó que “debajo de la camiseta del Deportivo Quito llevo la de Santa Fe”, dando muestras una vez más de su amor por la institución cardenal. Por ahora, deja un sueño por cumplir, el de ser campeón con Santa Fe.


Léider, Tulei, Tun Tun, Calimenio, fue el autor de muchas de las alegrías de la hinchada santafereña, haciéndose sin duda la figura cardenal más representativa de la última década. Siempre ratificó su capacidad goleadora, en especial ante el rival de patio. Rebelde e irreverente, se hizo goleador a pesar de sanciones, agravios y señalamientos. Es un goleador con corazón de león.


Mayores logros:


- Máximo anotador en los clásicos capitalinos: 15 anotaciones.

- Segundo goleador histórico de Santa Fe: 111 tantos.

- Mayor anotador de la década en el fútbol colombiano: 139 dianas por torneos de Dimayor (155 desde 1996).

- Autor del único gol de Colombia en Francia 98 (1-0 ante Túnez), hasta el momento el más reciente tanto nacional en mundiales.

- Anotaciones con la Selección Colombia: 4

- Botín de oro con Santa Fe (2004)

- Botín de oro con el Deportivo Cali (2003)

- Goles en Copa Libertadores: 4 (tres con Santa Fe, uno con Once Caldas).

- Total de goles en partidos oficiales: 183 hasta la fecha (17/09/08).