domingo, 29 de julio de 2012

Libardo Mora Toro: el atleta comunista que corrió por Santa Fe

Libardo Mora Toro fue un atleta y militante comunista que corrió con los colores del Club Independiente Santa Fe. Ingresó al Ejército Popular de Liberación y cayó en combate en 1971.

Por Ricardo Ávila Palacios
El Espectador


A mediados del siglo veinte el discurso marxista-leninista torció el destino de un atleta alto, de calvicie prematura y dueño de una zancada impresionante para los de su época. De las pistas saltó a la guerrilla, donde permaneció hasta su muerte.


Una protesta inusual rompió la tranquilidad en los VI Juegos Deportivos Nacionales, celebrados a comienzos de 1950 en Santa Marta y cuya importancia radicaba en que allí se seleccionaría al equipo colombiano que días después intervendría en los Juegos Centroamericanos de Guatemala.

Al terminar su actuación en el campeonato atlético, Libardo Mora Toro (vencedor en los 800 y 1.500 metros e integrante del cuarteto que dominó la posta larga), en un acto de rebeldía, devolvió a la Asociación Colombiana de Atletismo las tres medallas de oro que ganó, en rechazo por su exclusión de las justas centroamericanas. Debido a su polémica determinación, Mora recibió una sanción de 18 meses, durante los cuales no pudo competir.

El castigo no tenía razón de ser desde el punto de vista exclusivamente deportivo, si se tiene en cuenta que ese año Mora fue uno de los mejores atletas en Colombia, al imponer tres nuevos registros nacionales en un lapso de ocho días en la milla, los 800 y 3.000 metros. Sin embargo, un año después participó en los I Juegos Panamericanos de Argentina, donde fue eliminado en las primeras de cambio en los 1.500 metros.


Nacido en Alcalá (Valle del Cauca), en 1924, hablar de Mora, un hombre alto, delgado, de calvicie prematura, poseedor de una zancada impresionante para los de su época, competidor aguerrido y valiente que siempre corrió por el departamento de Caldas, es remontarnos a un polémico personaje de los años 50, que dejó huella en su paso por la vida. Inclusive, formó parte del plantel de atletas que a finales de los años 40 corrió por la camiseta del Independiente Santa Fe, cuando esa institución era un verdadero club deportivo.

El guerrillero

En el ocaso de la década del 50, el espíritu deportivo del atleta cedió a la seducción de las ideas de izquierda que se debatían en los pasillos de la Universidad Libre —donde se graduó como abogado—. Entonces el discurso marxista-leninista, en plena vigencia de la Guerra Fría entre las flamantes superpotencias, lo absorbió y poco después de su última competencia internacional en los III Juegos Bolivarianos de Caracas-61 (allí fue subcampeón en 800 y 1.500 metros), Mora representó los intereses del Partido Comunista Colombiano (PCC) en Moscú, donde intervino en el Congreso de Juventudes Comunistas, un encuentro que marcaría su nacimiento como agitador de alto turmequé.

El 11 de marzo de 1962, meses después de su actuación en la capital soviética, “el Comité Ejecutivo Central de la Juco (Juventudes Comunistas) expulsó de sus filas a Libardo Mora Toro (cofundador del PCC-ML) y Víctor Medina Morón (cofundador del Eln)”*. Al parecer, sus recias críticas a la dirección del partido desencadenaron la ira de los altos mandos, que tomaron la decisión de apartarlos de ese colectivo. Otras versiones no descartan que ambos participaban en un complot.

Medina, tras ser acusado por la muerte de otro guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (Eln), acabó sus días frente a un pelotón de fusilamiento el 22 de marzo de 1968.

Al ser indagado sobre el momento en que Mora ingresó a las filas de la guerrilla, el ingeniero
José Briceño —exatleta, periodista e ingeniero civil actualmente radicado en Canadá, y quizá el colombiano más erudito en temas de atletismo— señala que “no hay precisión sobre la fecha de su vinculación como miembro directivo y combatiente del Ejército Popular de Liberación (Epl), en Santander”.

Pero sí recuerda que “por esa época revolucionaria de los años 60 viajaba por tierra y se vestía con ruana y sombrero, camuflándose como campesino, al decir de alguien que una vez lo encontró en una fonda por los lados de Antioquia. Se desconoce también cuántas veces estuvo en Cuba, pero tenía buenos contactos con los líderes de la revolución castrista y después de su muerte (fue dado de baja en combate en diciembre de 1971), sus hijos recibieron becas para irse a ese país”.

Briceño también rememora que durante su vida en la clandestinidad Mora participó en diferentes ataques armados y “oficialmente” fue dado de baja en combate por lo menos cinco veces, hasta que sus compañeros de revolución confirmaron su deceso en diciembre de 1971. Sin embargo, su cadáver nunca fue entregado a su familia, no obstante la tramitomanía que cumplieron para obtener el certificado de defunción. Hace 40 años un reducto subversivo del Epl fue bautizado como
Frente Libardo Mora Toro, en homenaje al combatiente caído.

En 1963, Mora intervino en una reunión de las Juventudes Comunistas (Juco) en Alemania. “Allí se le encomendó trasladarse a Bucaramanga para organizar el sabotaje a oleoductos e instalaciones petrolíferas, trabajo que al parecer tuvo algunos frutos, pero que, sobre todo, determinó sus estrechas conexiones con jóvenes estudiantes y dirigentes sindicales del petróleo que más tarde fundaron el Ejército de Liberación Nacional (Eln), donde militó por algún tiempo”, según un artículo del diario El Tiempo, publicado el 29 de diciembre de 1971, con ocasión de su muerte.

“(…) hasta enero de 1968 poco se volvió a saber de él públicamente. El 9 de ese mismo año y mes, una patrulla militar halló sobre el cadáver del cabo Luis Mendoza —muerto en combate— un documento firmado por Mora, en el cual aparecía como miembro de la Junta Patriótica Regional del Alto Sinú y Alto San Jorge.

Públicamente sus últimas actuaciones conocidas fueron el 20 de mayo de 1969, cuando fue designado integrante del Comité Ejecutivo Central del PCML, y la del 9 de agosto de 1971, cuando firmó un volante en que invitaba a los atletas nacionales a abstenerse de participar en los Juegos Panamericanos de Cali”, reseñó ese diario.

Esa es la historia de Libardo Mora Toro, que se perdió en el tiempo y en la ingratitud. Hoy, dice Briceño con nostalgia, “nadie lo recuerda, quizá porque no marcó un gol o porque no abrió las nubes grises del firmamento para que Dios viera una gambeta como lo hacían los famosos jugadores del momento. Lo único que hizo Mora fue correr y correr”.

Nota:

sábado, 28 de julio de 2012

El Che Guevara: el deportista prohibido

Por Ariel Scher
11wsports.com


Carlos Espejo Pérez sabía hacer del agua una ruta, una fiesta o una gloria. Nadaba como un crack y, a veces, hasta mejor. Por eso ganó carreras en tantísimas piletas, por eso alcanzó en 1947 el récord sudamericano de los 200 metros en estilo pecho y por eso, también por eso, hubo una época argentina en la que muchos chicos se enfundaban convencidos en sus trajes de baño, inflaban los pectorales aún mínimos y se ilusionaban con que sus cuerpos navegaran sin ayuda como el de ese deportista de brillo. Pasaba especialmente en Córdoba, la tierra de origen del gran Espejo Pérez, donde mover los brazos, atrapar el aire o, aunque sea, salpicar hacia los costados igual que un nadador de los buenos representaba una hazaña que le daba sentido a la infancia. No hay un solo registro de cuántos jovencitos se dieron el gusto de alcanzar alguno de esos objetivos, pero sí se conoce que uno de ellos hizo el intento con un hermano de Espejo Pérez, Luis Juan de Dios, como breve maestro. El pibe portaba doce años, un empecinamiento que le permitiría enfrentar a adversarios mucho más encarnizados que los que habitan en una piscina y, por entonces, saludaba y sonreía cada vez que le decían "Ernestito". Estaba en el Sierras Hotel, de Alta Gracia, y pocos necesitaban nombrarlo añadiendo su apellido: Guevara. Todavía faltaban décadas, maduraciones, viajes, luchas y revoluciones para que en todas las aguas y en todas las tierras del mundo fuera exactamente el Che.

Tanto se destacó Espejo Pérez que llegó a ser olímpico. Le sucedió en 1948, cuando se convirtió en uno de los 17 nadadores argentinos que surcaron la Empire Pool, uno de los escenarios de unos Juegos que cerraban la brecha sin competiciones que se abrió por la Segunda Guerra Mundial. Terminó en el puesto 19 en aquella aventura, seguro de que no desplegó la más eficiente de sus actuaciones y sin suponer la paradoja que construiría a través de los años la Londres en la que había participado. Curiosa Londres olímpica: en 1948, le dio espacio a los movimientos del hermano de un circunstancial orientador de Ernesto Guevara en las piletas; en 2012, en cambio, el Comité Organizador de los Juegos, en esa misma Londres, dispuso que el rostro de ese chico que fue alumno de natación no apareciera en los lugares en los que se salta, se corre, se nada y se sueña.

Cierto es que, emblema de Cuba y de muchísimas voluntades transformadoras que dan vueltas por el universo, Guevara fue y es notorio por otras cuestiones antes que por el deporte. Espejo Pérez, el nadador campeón cuando el Che se educaba no sólo en nadar, resultó tema de muchísimos artículos periodísticos y hasta arribó a la tapa de la mítica revista El Gráfico en el número 1.436, en 1947: allí, su rostro joven emergía de unas aguas azules y plateadas, con la boca abierta como para apropiarse del oxígeno entero del planeta y con los hombros tensos y perfectos, listos para ir detrás del rumbo correcto. El Che, por contrapartida, fue más cronista deportivo -de su querido rugby, en 1951, en la revista Tackle- que entrevistado deportivo. Sin embargo, también apareció en El Gráfico. Ocurrió en mayo de 1950, al cabo no tanto más tarde que en la edición de la tapa de Espejo Pérez. En el número 1.606 de la publicación -con Adolfo Paraja, futbolista de Quilmes, ocupando la portada-, Guevara era Ernesto Guevara Serna y se lo veía, muy envuelto en ropas, en una publicidad de un motorino (una bicicleta con motor), en la que resaltaba las virtudes técnicas del vehículo con el que vibró durante 4.000 kilómetros sobre la superficie diversa y fascinante de una docena de provincias argentinas. La humanidad está enterada, por medio de biografías pormenorizadas y emocionantes, de que luego vendrían viajes más largos y más decisivos que no saldrían en El Gráfico.

El Che prohibido por las autoridades de Londres 2012 fue asesinado en Bolivia en octubre de 1967, justo cuando el prestigioso politólogo francés Jean Meynaud derrotaba a unos cuantos prejuicios y empezaba a publicar trabajos sobre los lazos entre el deporte y la política, un tema hasta ese momento percibido como menor en el ámbito académico. En esos materiales, que desembocarían en un libro notable, titulado en español como "El deporte y la política. Análisis social de unas relaciones ocultas", Meynaud recorrió con detalle las lógicas del olimpismo en el que detectó, como en casi cualquier construcción humana, esplendores y esperanzas que siguen conmoviendo y, también, miserias que no paran de doler. Se detuvo, en especial, en un punto al que llamó "el apoliticismo deportivo y sus límites". Con claridad, tornó evidente que el "apoliticismo" es una toma de posición política y marcó la diferencia entre "el apoliticismo-ilusión" (una especie de ingenuidad desde la que se cree que es posible que una competición transcurra sin que ninguna situación de poder, de potencialidades económicas y de historias culturales gravite en ella) y "el apoliticismo-táctica", que con frecuencia se enarbola desde sectores de poder: se argumenta que la política y el deporte no tienen que vincularse para, en el fondo, hacer que se vinculen de un determinado modo político.

"El apoliticismo-táctica" se puede comprender evocando dos gestos famosos de la historia olímpica: en los Juegos de 1936, los deportistas alemanes desfilaron en Berlín haciendo el saludo nazi ante Adolfo Hitler y no recibieron ningún castigo del Comité Olímpico Internacional, tal vez porque expresaban lo dominante, una porción de poder que no ponía en cuestión el mundo en el que vivían las élites directivas y ricas del olimpismo; en los Juegos de 1968, al revés, los atletas negros que se subieron al podio de los 200 metros e hicieron el símbolo del Black Power fueron sancionados con dureza, precisamente porque su protesta se oponía a la realidad -no deportiva sino política y social- que los potentados de la conducción olímpica no querían que se moviera.

La imposibilidad de ingresar a los recintos olímpicos con la imagen del Che estampada en las remeras es una definición política tomada bajo el recurrente argumento de "no mezclar la política con el deporte". Del otro lado, hubo más generosidad: Guevara no se prohibió incluir en su existencia a las imágenes olímpicas. En el libro "Che deportista", el cubano William Gálvez recogió un testimonio maravilloso de José Arbezu, un funcionario en la embajada de Cuba en Egipto que, unos cuantos lustros después, permanecía asombrado. Es que, de gira por África en 1965, el Che desatendió ciertas recomendaciones de seguridad y salió a la calle con un plan irrompible: se fue al cine a ver un documental sobre los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964. Le interesaba más que mucho.

Suena tan burda la proscripción del Che en los Juegos que tienta encontrar una interpretación alternativa. Quién sabe. Los expertos en imaginar grotescos quizás dirán que semejante disposición es atribuible a que su apetito deportivo central fue el rugby, un deporte que recién regresará al programa olímpico, en la versión de siete jugadores, en 2016 y que anduvo distante, como enojado, del símbolo de los cinco anillos entrelazados desde su paso por París en los Juegos de 1924. Y sí, es innegable: Guevara fue menos olímpico que rugbier. No sólo ejerció como redactor de la revista Tackle sino que jugó y jugó, desafiando a los rivales y al asma que le envolvió los bronquios desde la primera niñez. Era un inside aguerrido que, cuando se sentía arrasado por las maldiciones de la respiración, apelaba al inhalador que le alcanzaban desde el costado del campo algunos preadolescentes entre los que, por ejemplo, se contaba el periodista Diego Bonadeo, testigo y narrador de esa experiencia.

Alberto Granado, el extraordinario compañero de itinerarios y de esperanzas del Che, obró en Córdoba como introductor al rugby de ese inside singular al que Bonadeo vio aferrarse a una pelota ovalada sobre suelo bonaerense en equipos como Yporá. "Estudiantes -evocó Granado cada vez que se lo requirieron- era un club desprendido de otro, más antiguo, llamado El Tala. Yo jugaba allí junto con mis hermanos y era el entrenador de la segunda división. En septiembre u octubre de 1942, vino Ernesto y me dijo que quería jugar al rugby. Había un problema. El tenía asma y la gente tenía miedo de que jugara porque varias veces se nos quedó duro en medio del campo. Pero como yo también había sido muy discriminado en el rugby porque era petiso y flaco, le dije 'te voy a enseñar'. Y él aprendió".

De cualquier manera, el propósito de los organizadores olímpicos de restringir a Guevara llegó tarde. El Che fue cronista y reportero gráfico de un acontecimiento de la misma órbita en 1955, cuando su circunstancial residencia en México lo puso en el tiempo y en la geografía precisas para cubrir los segundos Juegos Panamericanos. Los ojos atentos para las fotos y los dedos listos para los textos poblaron sus envíos para la Agencia Latina, una empresa que jamás le pagó por su labor. Dos argentinos con futuro de censura olímpica se entrecruzaron en México sin intuir que lo serían: uno, el Che, el de la efigie que no podrá exponerse en las vestimentas de Londres; el otro, Osvaldo Suárez, un excepcional fondista al que Guevara le destinó artículos por el tranco increíble que lo transportó hasta dos medallas doradas, alguien ausente en la convocatoria olímpica de Melbourne, en 1956, a pesar de sus perspectivas de ascender al podio, a causa de las resoluciones marginatorias e indefendibles de la dictadura que la Argentina inauguró en 1955.

El fútbol como identidad argentina y la pertenencia a Central por el nacimiento rosarino, el golf con lecciones cordobesas y los ensayos de tenis, unas búsquedas universitarias de atletismo y una observación cubana del béisbol, el montañismo en los días prerevolucionarios y el hallazgo temprano de los vuelos guiado por un tío. Eso y más que eso constituyó el deporte del Che y, sobre todo, el ajedrez, el juego que lo avisó en 1939 de la existencia de Cuba cuando el campeón José Raúl Capablanca expuso su genio en Buenos Aires, el mismo juego que lo apasionó hasta el final.

En Tucumán, su hogar en la actualidad, Espejo Pérez conserva recuerdos de Guevara. "Mi hermano me contó que el Che tenía un carácter muy fuerte y una gran voluntad de ganar", dice. De ese carácter, de esa voluntad victoriosa y de algunas otras cuestiones están enterados muchos en el mundo: como símbolo, como protesta, como rostro o como idea, el Che sigue presente. Podrán prohibirlo esta vez en la Londres olímpica y fascinante, pero sólo será un detalle. Nadie borra tan fácil del corazón de la historia a un tenaz aprendiz de natación.

viernes, 27 de julio de 2012

Red Star, un autre club parisien est possible!

Un club mythique, plus que centenaire, qui évolue en Nationale (la troisième division), un stade historique qui porte le nom d’un héros de la résistance, des supporters qui chantent « étoile rouge »... Bienvenue au stade Bauer, à Saint-Ouen, l’antre du Red Star FC 93, ou la banlieue populaire du ballon rond tente de résister au Grand Paris du foot business!

par Nicolas Kssis
Regards.fr


Loin des ors de la L1 et d’un PSG qui enflamme le mercato à coup de pétrodollars en rêvant de venir taquiner le Real Madrid ou Manchester City en Champions League, la saison de Nationale s’est paisiblement conclue. Dans cette troisième division un peu bâtarde, pas vraiment pro, dont le profil des participants oscille entre cimetière des éléphants (Rouen, Metz qui vient d’y descendre) et le réseau des sous-préfectures (Quevilly, Fréjus-Saint Raphaël, etc), le Red Star, l’un des trois représentants franciliens à y figurer (avec Créteil et le Paris FC), occupe une honnête onzième place.

Une heureuse surprise pour son président Patrice Haddad. Ce monsieur venu de la pub gère ce club atypique en caressant l’espoir d’en refaire le second grand club parisien. « On a eu un début difficile mais on a très bien conclu notre parcours. Et l’objectif reste de monter en L2 à l’horizon 2015, prophétise-t-il. Et nous avons été plutôt bien soutenus par la Mairie pour les infrastructures, notamment le passage au synthétique. »

C’est un peu finalement ce qu’avait résumé la maire de Saint-Ouen, Jacqueline Rouillon, pour saluer le retour en Nationale du club : « Je sais que les Audoniens auront à coeur d’encourager cette équipe qui leur est chère. Au-delà de notre ville, le Red Star porte une image positive de nos territoires, de notre jeunesse, avec la promotion de valeurs fondatrices de notre identité : solidarité, respect, citoyenneté. » « C’est vrai que nous attachons une vraie importance à l’éducation, par exemple avec le projet le Red Star lab », prolonge Patrice Haddad, une initiative qui ambitionne de faciliter l’accès à la culture « grâce à des ateliers pédagogiques gratuits, organisés lors des vacances scolaires, mariant sport et culture, et encadrés par des artistes reconnus et des éducateurs du club. » Le club a également signé un étonnant partenariat avec Sciences po, les étudiants s’investissant dans des actions culturelles et artistiques, pendant que le Red Star accompagne l’association sportive de la noble institution parisienne.

Un club historique

De fait, ce club représente à lui seul un pan entier de l’histoire du foot hexagonal. Fondé en 1897, il aura brillé entre les deux guerres, offert un héros de la résistance (Rino Della Negra de la FTP-MOI du groupe Manoukian, fusillé le 21 février 1944 avec ses compagnons de l’Affiche rouge), plongé en seconde division en 1955 pour « malversation » avant de quitter définitivement l’élite en 1974. Mais même en deuxième division, les rares spectateurs et supporters (Partizans 93, Perry boys, etc.) pouvaient encore contempler le grand Safet Sušić y clôturer sa carrière parisienne en 1992, le temps d’une petite aventure en coupe de France, ou voir le 9 septembre 1994 le Red Star battre l’ OM, le tout entre fumigènes et bagarres. Des supporters plutôt nombreux au regard de l’envergure sportive du club, comme par exemple le journaliste Claude Askolovitch qui twittait fébrilement lors de la rencontre au Stade de France contre Marseille en janvier dernier.

« C’est bien plus tard, m’étant plongé dans l’histoire du Red Star, raconte ainsi Didier Braun – mémoire vivante du journal L’équipe – dans son son dernier livre L’armoire à maillot, que je découvris que ce club à l’étoile rouge, ainsi nommé par pure anglophilie par son fondateur Jules Rimet – qui n’avait rien d’un bolchevik – avait connu la célébrité avec un maillot à larges rayures marines et blanches, avant d’adopter le vert de l’Olympique, lorsque les deux grands rivaux du football parisien des années 1920 avaient uni leurs destinées. » Signalons néanmoins que Jules Rimet, pour l’époque une sorte de « catho de gauche » (l’inverse de Coubertin), était un ancien du Sillon, qu’il inventa la coupe du monde de football, et refusa de cautionner la politique, certes très anti-foot de Vichy. Ce fut en quittant la capitale et ses beaux quartiers au début du xxe siècle et en s’installant au coeur de la cité laborieuse de Saint-Ouen, à deux pas des puces, que le club va changer de destin et d’image. Pierre Laporte, son historien officieux, membre de l’Amicale des anciens joueurs, en détaille les étapes. « Le stade Bauer a été construit sur des anciens jardins ouvriers en 1909 quand le club est venu y jouer. On y accueillera même les premières rencontres de l’ancêtre de l’équipe de France avant la guerre de 1914. Longtemps, il s’appellera simplement Stade de Paris ou Municipal. Son actuel patronyme, il le doit au changement, à la libération, du nom de la rue où il est domicilié en hommage à un résistant fusillé, et surtout à l’habitude prise par Le Parisien de le nommer ainsi. Comment oublier qu’en 1964, le Red Star, premier en D2, reçoit le Stade de Reims. La rencontre se déroule devant 22 000 entrées payantes quand la veille le Racing de Paris matchait l’OM au Parc des Princes devant à peine 2 200 spectateurs. »

Du foot populaire

Ce riche passé constitue le principal facteur explicatif de la séduction qu’opère encore cette modeste équipe auprès de ses jeunes supporters. Ces derniers s’avèrent particulièrement attachés au très vétuste Stade Bauer. En effet, un projet dans le quartier des docks existe dans les cartons de la mairie. « C’est Bauer à domicile, point. C’est l’âme du club et de ses supporters, on n’est pas Créteil. » Charlie des Perry Boys, un des plus vieux groupes ultra du club, avec ses aires de vieux skin sorti d’un roman de John King, évoque l’enjeu comme les gars de Tottenham qui refusent de quitter White Hart Lane. Son groupe de ska et reggae, le bien nommé 8°6 Crew a mis sur sa dernière pochette une photo du lieu du crime. Au-delà de l’affectif, tous veulent souligner cette singularité qui ne soufre aucune concession à l’air du temps. Vincent Chutet-Mézence, président du collectif des Amis du Red Star, une association née en 2001 au moment du dépôt du bilan et de la plongée dans l’enfer de la division d’honneur, en parle avec émotion : « Moi, j’ai commencé à venir au Red Star avec mon grand-père. Quand je suis revenu, j’ai adoré Bauer, l’ambiance, ce côté stade à l’anglaise, au coeur de la ville. » Le collectif gère un petit local dans le stade où il agrège les vieux fidèles, les anciens joueurs qui continuent de venir par amitié, les responsables des diverses sections de jeunes et la génération des gradins en Fred Perry, samba et tee-shirt Sankt-Pauli. « Ce que j’apprécie, c’est le côté football populaire, à l’ancienne, se confie Mathieu, supporter du Red Star. Rien que le prix des places, 2,50 euros en tarif étudiant, c’est appréciable… C’est combien au Parc des Princes ? Ici, on peut boire sa bière pépère sans 10 000 caméras de surveillance, mater un match tranquillement avec un niveau footballistique pas dégueu. »

Certains anciens ultras du PSG, déroutés par les évolutions récentes, ont même osé le transfert. « Avant j’allais au Parc des Princes, raconte Julien, mais je n’y suis jamais retourné depuis l’instauration du plan Leproux. J’ai déménagé à Saint-Ouen et comme j’étais à côté du stade, je suis allé à pas mal de matchs en CFA. Dans les gradins, il y a de tout. Des personnes que je peux voir en manif, des skins, des vieux qui ont connu la D1, des gamins de Saint-Ouen qui reprennent les chants du Kop. Ce n’est pas une enceinte de 40 000 places avec 20 000 ultras, mais dans ce stade, tu sens que ta présence peut vraiment changer un truc. » Tout l’enjeu sera d’arriver à conserver cette alchimie face aux dures réalités et exigences du foot pro.

sábado, 21 de julio de 2012

"Rebeldes del fútbol", nuevo documental de Eric Cantoná

La leyenda futbolística Eric Cantoná presentó en Sarajevo su documental “Football Rebels”, "Rebeldes del fútbol".


Cantoná afirmó que “el fútbol acerca a las personas” y enseña a los jóvenes a estar abiertos al mundo.

“Creo que el fútbol puede ser una educación extraordinaria para la gente”, declaró Cantoná.

“El fútbol es el deporte más popular en el mundo entero, es un juego que une a diferentes personas y atrae los unos a los otros. Cuando pensáis de esa manera, cuando así educáis a los niños, para que sean de mirada abierta, entonces eso es brillante”, indicó.

Cantoná presentó su película en la 18 edición del Festival de Cine de Sarajevo, dentro del programa “Open Air”.

El exfutbolista llegó a Sarajevo en compañía de Gilles Rof, quien dirigió el documental, y del fotógrafo Gilles Perez.


El filme trata de las historias de la vida de cinco futbolistas y sus pugnas fuera de la cancha.

Uno de ellos es el exjugador del FK Sarajevo Predrag Pasic, quien durante la guerra Bosnia (1992-1995) no quiso abandonar el país, sino se dedicó al entrenamiento de los niños en pleno asedio de Sarajevo.

“Es una gran satisfacción estar aquí, en el lugar en que rodamos el documental, en compañía con uno de los ‘rebeldes del fútbol’”, dijo Cantoná durante su visita a la escuela de fútbol de Pasic.

El marfileño Didier Drogba, el chileno Carlos Caszely, el argelino Rachild Mekhloufi y el brasileño Sócrates son los otros “rebeldes” que aparecen en el filme ideado y escrito por la antigua estrella del Manchester United, que en 2001 lo declaró como futbolista del siglo.

Tras abandonar el fútbol profesional, “el rey Cantoná”, como aún le conocen en su antiguo equipo, inició una carrera cinematográfica que le ha llevado a trabajar con actrices como Cate Blanchett y directores como Ken Loach.

En la actualidad es el técnico de la selección francesa de fútbol playa.

El Festival de Cine de Sarajevo surgió en 1995, durante la guerra de Bosnia, y es uno de los mayores y más visitados eventos culturales del país balcánico.

Con información de EFE

martes, 17 de julio de 2012

Evo Morales dice que Azkargorta abre esperanzas para el fútbol boliviano


El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó que el retorno del español Xabier Azkargorta a la dirección técnica de la selección de fútbol "abre esperanzas" para su país que disputa las eliminatorias del Mundial Brasil 2014, informó este martes la agencia estatal ABI.

Morales también le deseó "suerte y éxito en sus funciones" al mando del equipo en lo que queda del certamen internacional, en el que Bolivia ocupa el séptimo lugar, entre nueve equipos, tras seis jornadas disputadas.

El presidente boliviano, que es un reconocido aficionado al fútbol, siempre simpatizó con la posibilidad de que Azkargorta vuelva al banquillo del equipo de su país, tras la experiencia vivida hace 18 años, cuando Bolivia jugó el Mundial Estados Unidos 1994.

En los últimos años, el técnico incluso ha presentado al mandatario planes para renovar el fútbol boliviano, a los que en su momento fue reacia la directiva deportiva nacional.

Azkargorta, que reemplaza en el cargo al argentino-boliviano Gustavo Quinteros, dijo el lunes que intentará que el equipo clasifique a la cita de Brasil.

El vasco debutará en este segundo período cuando Bolivia choque el próximo 15 de agosto en un amistoso ante la república africana de Benin, en un encuentro en la ciudad oriental de Santa Cruz.

Los próximos partidos de la verde por las eliminatorias son el 7 de septiembre frente a Ecuador en Quito, el 12 de octubre en La Paz contra Perú, y cuatro días después, también de local, frente a Uruguay.

EFE

jueves, 12 de julio de 2012

Londres 2012: prohíben uso de camisetas del Che Guevara

Los organizadores de los Olímpicos prohibieron el ingreso a los escenarios con camisetas del Che Guevara


A medida que se acerca el inicio de los Juegos Olímpicos de Londres se van conociendo las estrictas normas de seguridad que se implementarán en los estadios donde se realicen actividades deportivas.

Las medidas más recientes establecen que los asistentes no podrán ingresar a los escenarios con camisetas del Che Guevara ni con cualquier otra prenda de vestir que contengan mensajes o expresiones políticas de cualquier tipo.

Entre otros objetos, tampoco se podrán ingresar a los Juegos con pelotas, cámaras con lentes de largo alcance, matracas, paraguas y botellas de agua, según la lista que publica el diario británico
Daily Mail.

Las restricciones serán estrictas y forman parte de las normas de seguridad que implementarán las fuerzas élite que protegerán a los deportistas involucrados en los Juegos Olímpicos.

Por estas medidas el comité organizador fue criticado porque también abarca la prohibición de dormir al aire libre lo que, se considera, podría ser utilizado para organizar un sabotaje o atentado.

Tampoco se podrá circular con cantidades excesivas de alimentos. La organización estima que los lugares oficiales dispuestos para tal fin serán suficientes.

La Nación

martes, 10 de julio de 2012

Israel liberó al futbolista palestino Mahmud Sarsak

El jugador pasó tres años en la cárcel sin cargos. La FIFA secundó su causa y pidió a la federación israelí que intercediera en su favor.

Por Ana Carbajosa
El País


Israel ha liberado a Mahmud al Sarsak, el futbolista palestino que logró que la FIFA secundara su causa y que ha pasado tres años encerrado sin cargos. Miembro del equipo nacional palestino, Sarsak regresó a la franja de Gaza, donde sus compatriotas le recibieron como a un héroe.

Las autoridades israelíes acusan a Al Sarsak de pertenecer a la Yihad islámica. Como cientos de presos palestinos, el futbolista no cuenta sin embargo con una acusación formal ni ha sido juzgado, en virtud de la llamada detención administrativa, criticada por la Unión Europea y varias organizaciones de derechos humanos. Israel alega que no puede desvelar los cargos de los que se acusa a este tipo de detenidos porque pondría en peligro la vida de los informadores palestinos.

Al Sarkak, de 25 años, mantuvo durante meses tres meses una huelga de hambre para denunciar las condiciones de su encierro. Durante el ayuno perdió cerca de la mitad de su peso.

Su protesta se enmarca en una campaña que mantuvo a 1.600 presos palestinos sin comer durante 28 días. Un acuerdo entre Israel y los representantes de los presos el pasado mayo puso fin a la protesta, que amenazaba con incendiar los territorios palestinos. El pacto, en el que medió Egipto, concedía a los presos buena parte de sus demandas, relacionadas con las condiciones de su encierro, y estipulaba la liberación gradual de los presos en detención administrativa.

A Beit Hanun, en el norte de la franja de Gaza, llegó la ambulancia que transportó al deportista. Allí, le esperaban familiares y cientos de seguidores con banderas palestinas, según constató la agencia France Presse. De ahí fue trasladado al hospital Shifa, en la ciudad de Gaza, y después a casa de su familia.

El encierro de Al Sarsak ha movilizado a diversas personalidades del mundo del fútbol. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, pidió a la federación israelí de fútbol que intercediera en favor del jugador palestino.

viernes, 6 de julio de 2012

Corinthians inaugura busto em homenagem a Sócrates

Agência Corinthians

No próximo dia 28 de julho de 2012, às 11h, o Corinthians realizará a inauguração do busto em homenagem ao ex-jogador Sócrates. A celebração acontecerá no Parque São Jorge.

Sócrates jogou no Corinthians de 1978 à 1983 e além dos campeonatos Paulistas de 79, 82 e 83, entrou para a história do Timão ao ser líder da Democracia Corinthiana, movimento que dava aos jogadores maior autonomia nas decisões do Clube.

O ex-jogador faleceu na manhã do dia 4 de dezembro de 2011, data em que o Corinthians consagrou-se pentacampeão Brasileiro.

www.corinthians.com.br

Rueda el balón

Por Yezid Arteta Dávila

Colombia no es un país de fútbol tal como lo son Inglaterra, Brasil, Italia, España o Argentina y para la muestra un botón: los estadios vacíos y el abandono de los seguidores de un equipo cuando éste cae en desgracia. Este original y polémico comentario lo hizo un periodista deportivo colombiano de paso por Barcelona. Mientras que en España, por ejemplo, se publican diariamente cuatro tabloides deportivos que se venden como pan caliente en los kioscos de las ciudades y pueblos, en Colombia a duras penas se llena un estadio durante los cuadrangulares finales.

El cuento -levantado por gente que se nutre o malnutre de ideas delirantes- de que el fútbol es el nuevo opio del pueblo no deja de ser una historia traída de los cabellos puesto que mucho antes de la televisión, el poder mediático o la era Internet, el fútbol era entonces un asunto que iba más más allá del fútbol. En muchos lugares del mundo los oncenos fueron o continúan siendo una cuestión ligada íntimamente a la política, al poder legítimo o corrupto, a la identidad, a la marginalidad, en fin…en otros casos la divisa de un equipo se vuelve en sucedáneo de una lucha o de un contencioso que está por resolverse.

Hay teams como el Fútbol Club Barcelona que fue definido por el fallecido escritor negrocriminal Manuel Vásquez Montalbán, como el “ejército simbólico desarmado del nacionalismo catalán” o el Livorno del calcio italiano que está asociado al comunismo y cada partido que juega es un auténtico mitin y los tifosi celebran con cantos revolucionarios, más aun cuando en la plantilla del club hubo figuras como el internacionalista Cristiano Lucarelli – capocannoniere por muchos años - quien exteriorizó en la cancha y fuera de ella su origen proletario y su militancia comunista. Integrantes de las plantillas del Atlético Bilbao yla Real Sociedad, ligados al nacionalismo de Euskadi, han participado en las movilizaciones callejeras que reclaman el acercamiento de presos y la paz en el país vasco. En las antípodas está el caso de clubes como El Lazio que alinearon en su formación a jugadores como Paolo Di Canio, tatuado con emblemas fascistas y expresando su admiración por Mussolini. Más recientemente Eric Cantoná, idolatrado por la hinchada obrera del Manchester United y quien protagonizó controvertidos actos contra el racismo y la xenofobia, se ha convertido en un referente para quienes luchan contra la dictadura de los capitales financieros.

Por los clubes colombianos han pasado míticos futbolistas como Alfredo Di Stefano y Adolfo Pedernera en Millonarios; Garrincha y Dida en el Junior; Ladislao Mazurkiewicz y el tigre Gareca en América de Cali; César Cueto en el Nacional y otros etcéteras que corrieron en los estadios colombianos. Pasaron también experimentados entrenadores como Osvaldo Zubeldía quien logró revolucionar al Nacional de Medellín y Carlos Salvador Bilardo, el mismo que dirigió a Maradona en la selección Argentina que se alzó con el mundial de México 86. Futbolistas nacionales como el Pibe Valderrama, Faustino Asprilla y ahora Falcao han trascendido en otras latitudes. A pesar de estos palmarés es notable la decadencia del futbol colombiano luego de un efímero brillo en los ochenta y noventa, años en los se conjugaron una serie de factores, entre ellos el dinero del narcotráfico, que permitieron la obtención de varios galardones internacionales.

En Colombia no hay clubes de fútbol como tal sino equipos o montoneras de jugadores que marchan de acuerdo a los caprichos y recursos de sus dueños. Por tanto no hay manera de moldear el carácter y la identidad de los jugadores y sólo cuando algunos de ellos son vendidos a instituciones deportivas de Argentina, Brasil o Europa obtienen un listón de valores y se hacen futbolistas en el mejor sentido de la palabra. Cuando el sindicato de futbolistas españoles, a manera de ejemplo, convoca una reunión o rueda de prensa para anunciar una huelga en defensa de sus derechos colectivos, aparecen en la primera línea de lucha jugadores como Iker Casillas, Carles Pujol, Xavi Hernández o Fernando Llorente. En Argentina, Gareca y Ruggeri provocaron una histórica huelga indefinida del gremio de futbolistas. Manifestaciones colectivas de esta naturaleza son impensables en Colombia por la mentalidad servil a que se ven resignados los futbolistas criollos y cuya rebeldía se sublima entonces a través de la grosería o mediante acciones de mal gusto tales como la de pegarle una patada a un ave que invade una cancha durante un partido o propinarle una paliza a una mujer.

El otro tema relacionado con el fútbol tiene que ver con los analistas y comentaristas de prensa. Ante el descrédito de la mayoría de políticos la gente empieza a creer más en los futbolistas y por esta razón le otorgan más valor y credibilidad a un gol de chilena que a la demagogia de un directorio partidista. Los trabajadores y desempleados se interesan más por la contratación de un delantero centro para reforzar su equipo que por averiguar qué curso han tomado las aguas turbias que circulan por el Congreso dela República.

En el horizonte del periodismo deportivo colombiano no sé observa a un analista que pueda hacer las cosas con la elegancia y el buen juicio de Hernán Peláez puesto que los medios se encargan de reclutar por unas cuantos pesos a periodistas que gritan a tutiplén pero no son capaces de redactar una crónica atractiva acerca de lo acontecido en estadio de futbol. Periódicos como El País de España tienen en su nómina a veteranos corresponsales políticos como el periodista John Carlin, autor de Factor Humano el libro que inspiró la película sobre Nelson Mandela, escribiendo sobre fútbol o cuenta entre sus columnistas a plumas tan estilizadas como la de Ramón Besa cuyas notas sobre fútbol se pueden leer como si fueran relatos literarios. Los argentinos tampoco se quedan atrás y han demostrado talento para combinar fútbol, política y literatura en sus escritos.

Ahora que la selección absoluta de España conquistó un tercer título mundial consecutivo vuelven los grandes escritores a rendirse ante el fútbol y alaban el arte y la estética de Iniesta y compañía cuando toman un balón y lo hacen rodar sobre un césped y entonces la rueda de la historia retrocede hasta 1970 para recordar a la legendaria selección de Brasil. Así ha sido el fútbol y parece que así seguirá siendo. Albert Camus, el exportero de la Universidadde Argel y luego premio Nobel de literatura, escribió por allá en los años cincuenta un artículo para la revista France Futbol en los que decía cosas como esta: “después de muchos años en que el mundo me ha permitido variadas experiencias, lo que más sé, a la larga, acerca de moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”.

Tomado de arcoiris.com.co

lunes, 2 de julio de 2012

Guardiola se suma al independentismo catalán

Por A. Fernández
El Confidencial


El exentrenador del FC Barcelona, Josep Guardiola, ha sido la última cara conocida en sumarse al proyecto independentista catalán. Pep ha dado apoyo público a la Marcha hacia la Independencia que este sábado comenzó en Lleida, impulsada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Guardiola se encuentra en el extranjero, pero ha dado permiso para utilizar su nombre como reclamo en los actos soberanistas. La ANC nació el pasado mes de marzo como un intento de aglutinar a todas las corrientes independentistas que habían tenido un activo papel en la organización de los referéndums independentistas que se celebraron en distintas ciudades de la comunidad desde el 2009 hasta el año pasado.

Las últimas encuestas de la Generalitat han dado alas al independentismo, ya que, por primera vez, más de la mitad de los catalanes sostiene que votarían sí a la independencia en un hipotético referéndum, cuando hace un año este porcentaje sólo llegaba al 43%.

En este sentido, el presidente de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran Lleida, matizó ayer los resultados de la encuesta oficial. En declaraciones a la emisora Onda Cero, Duran subrayó que, si bien es cierto que el 51% de los ciudadanos se muestra favorable, también lo es que sólo el 34% de los encuestados reclama un Estado propio, mientras que el 28,7% quiere ser un Estado federal dentro de España y el 25,4% quiere seguir siendo una autonomía. El político democristiano achaca el auge del independentismo a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto y al maltrato fiscal que recibe Cataluña respecto al resto de España.

Esta semana, también se hizo pública otra sentencia del Tribunal Supremo que obliga a introducir el castellano como lengua vehicular en la educación infantil, lo que generó airadas protestas desde todos los ámbitos. La consejera de Enseñanza, Irene Rigau, reconoció públicamente que el gobierno catalán no variará el actual modelo de inmersión lingüística diga lo que diga el Tribunal e incluso el presidente catalán, Artur Mas, criticó el fallo.

Un balón de oxígeno para el independentismo

La sentencia del Supremo ha representado un balón de oxígeno para los grupos independentistas, que comenzarán una nueva campaña en defensa de los valores propios de Cataluña. La ACN, por ejemplo, ha apelado a este “nuevo ataque” para llamar a una asistencia masiva a la marcha que se inicia. En un comunicado colgado en su página web, señala que “las naciones son naciones porque tienen conciencia de serlo. Las conciencias son inviolables. Por esto, ni la nacionalidad ni la lengua se pueden imponer”. “Ante este nuevo intento desesperado del Estado español de conseguir acabar definitivamente con nuestra lengua, y de paso con la nación catalana, es decir, con el problema catalán, los catalanes hemos de hacer piña. Ni un paso atrás. Mantengamos la calma y la firmeza, pero que sepan que no acatamos ni acataremos sentencias injustas”. Y añade que “hagamos saber a todos que la única manera de acabar con esta persecución implacable, y con la mayoría de los problemas que en estos momentos tenemos como país, es la independencia, es decir, teniendo nuestro propio Estado que nos defienda y ampare”, termina. Por ello, llama a sumarse a la Marcha por la Independencia.

La marcha cuenta con un plantel de caras locales más o menos conocidas. Entre ellas, el cantante Lluís Llach; el actor Oriol Grau; el filósofo Xavier Rubert de Ventós (antiguo militante socialista); el alcalde de Vic, Josep Maria d’Abadal (de UDC); el actor Toni Albà; el exsecretario de Comunicación del Gobierno Tripartito Miquel Sellarès; y los filósofos Josep Maria Terricabras y Salvador Cardús, entre otros.

La elección de Lleida para comenzar esta campaña no es casual. Según Ferran Civit, miembro del secretariado de la entidad independentista, esta ciudad fue una de las primeras en caer en manos de las tropas borbónicas en 1707. Y ahora quiere ser “la primera ciudad liberada”. Simbólicamente, claro.

Hasta el momento, los independentistas tienen previstos más de 200 actos durante los dos próximos meses. Su intención es acabar con una gran manifestación por la independencia el 11 de septiembre, Diada Nacional de Cataluña, y preparar el camino para un referéndum sobre la secesión el próximo año, similar a los que se han hecho hasta ahora a nivel local, con el fin de proclamar la independencia en el 2014, cuando se cumplen 300 años de la caída de Barcelona ante Felipe V. “Para nosotros, la independencia es una cuestión de dignidad. No queremos vivir arrodillados ante España pudiendo vivir de pie en Europa”, dice la presidenta de ANC, Carme Forcadell.

domingo, 1 de julio de 2012

La maldición republicana

España-Italia en el Mundial de 1934 y la selección de la Segunda República

Por Iñigo A.R.
Los ideales del gol


Salta al campo España con su capitán a la cabeza. Al llegar a mediocampo se sitúan allí esperando la salida de su rival. Al instante salta Italia al campo, se colocan en línea junto a la selección española, y realizan el saludo fascista a la grada. Allí está Benito Mussolini presidiendo el segundo Mundial de fútbol de la historia, primero en el que participa España.


Intercambio de banderines y sorteo de campo entre los dos capitanes, Ricardo Zamora y Giampero Combi, dos de los mejores porteros del mundo. En aquella época la selección española era considerada como una de las más potentes del momento, y a día de hoy es recordada como una de las mejores selecciones españolas de la historia.

En esta ocasión el once inicial lo forman Ricardo Zamora; Errasti, Quincoces; Cilaurren, Muguerza, Fede; Lafuente, Iraragorri, Lángara, Regueiro y Gorostiza.

Para completar la foto, la Italia fascista viste con su tradicional camiseta azul, pantalón blanco y medias azules. Por su parte España lo hace con camiseta roja, pantalón azul oscuro y medias también oscuras con tres franjas con los colores de la bandera nacional: rojo, amarillo y… morado. Y es que la primera vez que España disputó un Mundial lo hizo luciendo la bandera tricolor republicana ya que era la Selección de la República Española.

Estamos en los Cuartos de Final de Italia’34 y empieza en Florencia el partido considerado por muchos como una final anticipada. España se dedica a tocar y tocar intentando aprovechar la velocidad de Gorostiza y Lafuente. Los italianos también cuentan con una gran selección, un conjunto muy compacto formado por Vitorio Pozzo que basa su fútbol en el balón largo y en un juego muy muy duro. Además cuentan con la ayuda de hasta cuatro argentinos inscritos muy sospechosamente, e incluso un brasileño.

En el minuto ’30 el delantero vasco del Madrid C.F., Luis Regueiro, coloca el 0-1. La selección italiana sigue con su juego duro ante la permisividad del árbitro. Zamora no para de despejar los balones que cuelgan al área los italianos, y la delantera española va en busca del segundo tanto. Sin embargo cuanto está a punto de llegar el descanso, en uno de estos centros al área visitante, el delantero italiano Schiavo se olvida del balón y harto de las paradas de Zamora le sujeta para que así el ídolo Juventino, Giovanni Ferrari, remate a placer y logre el empate. El árbitro belga Louis Baert, pese a lo surrealista de la jugada, hizo la vista gorda como durante todo el partido.

La segunda parte siguió el mismo cauce. Zamora sigue saliendo valiente a los balones aéreos aprovechando su gran altura, salidas que aprovechan los italianos para propinarle varios golpes. Continúa el juego veloz español y las ocasiones. A díez minutos para el final Lafuente conecta un disparo que bate a Combi, poniendo el 1-2. Pero el colegiado Baert sigue sin estar por la labor, y anula un gol que parece claramente legal.

Finaliza el partido con un 1-1 injusto, sin embargo no cesan ahí las malas noticias para los españoles. Su parte de lesiones incluye a siete futbolistas, entre los que como era de esperar se encuentra Ricardo Zamora, a quien alguno de los muchos golpes que le propinaron le rompió dos costillas.

Ante el empate, se decide que al día siguiente se jugará un partido para dilucidar quien pasa a la semifinal.

En la Selección de la República Española solo pueden repetir cuatro jugadores, teniendo que entrar siete nuevos al once inicial debido a la violencia con que se emplearon los italianos. En esta ocasión la alineación de circunstancias la forman Nogués; Zabalo, Quincoces; Cilaurren, Muguerza, Lecue; Vantolrá, Regueiro, Campanal, Chacho y Bosch. Ante la baja de Zamora debuta Nogués, y el brazalete tricolor pasa a Jacinto Quincoces, quizás el mejor defensa del Mundo del momento.

Saltan los equipos al Estadio Giovanni Berta (actual Artemio Franchi), saludo fascista de los italianos e incluso de los árbitros a Benito Mussolini y comienza el partido. El guión es el mismo. España jugando un fútbol atractivo y saltando en cada regate para no ser cazados por las embestidas italianas, mientras que la azzurra cuelga continuamente balones al área de Nogués, que no para de llevarse golpes. Se muestra seguro el debutante, pero llega el primer susto cuando al salir a por un balón un italiano le golpea en la nariz, perdiendo éste su boina al estilo Zamora. Se recupera el portero español, pero poco después en el minuto 12 se produce otro centro al área. Entonces el delantero “italo”argentino Dimaría suelta un codazo al cuerpo de Nogués y le propina un empujón, momento aprovechando por la gran estrella transalpina Giuseppe Meazza para lograr el 1-0. Trifulca multitudinaria entre ambos equipos en la que se desata toda la rabia acumulada de la Selección Republicana.

Los 78 minutos restantes fueron un continuo de ataques españoles saldados o bien con patadas obviadas por el árbitro suizo René Mercet o bien por pelotazos en largo de los italianos. Incluso cuando la escuadra republicana lograba sortear las patadas fascistas y anotar gol, ahí estaba el colegiado suizo para anularlo como le sucedió a Campanal en un gol claramente legal, o a Quincoces en otro más dudoso.

No había nada que hacer, el resultado del partido estaba escrito antes de jugarse, y España quedaba eliminada. El bagaje de esos Cuartos de Final fue un total de once jugadores lesionados y tres goles anulados, quedando claro en qué consistió la eliminatoria. De poco sirvió que posteriormente el árbitro suizo fuese inhabilitado de por vida por su bochornosa actuación. Comenzaba para España la maldición de Cuartos de Final, la maldición republicana.

En Semifinales la Italia Fascista eliminó a la Austria de Sindelar (años después ejecutado por negarse a jugar para los nazis), y en la final venció a Checoslovakia, completando de esta manera la farsa.

Fue un Mundial lleno de anécdotas y curiosidades: la bandera tricolor republicana como símbolo de la primera selección española mundialista, Ricardo Zamora convirtiéndose en el primer portero en detener un penalty en un Mundial, el inicio del estilo italiano de dureza y efectividad, el comienzo de la utilización del fútbol con fines políticos, propaganda y saludos fascistas por todos lados, la recepción de la Selección Española como héroes nacionales pese a la derrota, el festejo italiano con tintes militaristas…

Pero sobretodo destacó el descubrimiento por parte de los gobernantes de que como dijo Goebbels: “una victoria de la selección era más importante que la conquista de algún pueblo del Este”. El fútbol comenzó a usarse para lograr la adhesión del pueblo al líder, para distraer de determinados problemas más importantes, para hacer crecer un patriotismo acrítico que acepte todo por “el bien de la nación”. ¿Qué hubiera pasado en la Italia fascista si hubiesen sido eliminados a las primeras de cambio? ¿Y si los JJ.OO de Berlín hubiesen sido un desastre hubiera cambiado algo? Nunca lo sabremos.

Sin embargo sí sabemos que el robo a aquella España republicana por la Italia fascista generó más simpatías por la causa que mil mítines políticos. Igual que el codazo de Tassotti a Luis Enrique en el ’94 hizo que más gente se sintiera orgullosamente española y patriota que 30 años de transición. O lo mismo que la victoria en la Eurocopa de 2008 normalizó más la bandera rojigualda y el españolismo que 35 años de parlamentarismo.

Aquel partido fue el comienzo de la maldición de Cuartos de Final de España en los Mundiales, una maldición republicana que solo fue rota una vez en Brasil ‘50.

Como si del final de una película bélica se tratase, veamos qué fue de los integrantes de aquella primera selección española mundialista presente en Italia ’34.

Porteros

- Ricardo Zamora Martínez (1901 – 1978). Tras aquel Mundial continuó jugando en el Madrid C.F. hasta que estalló la Guerra en 1936, cogiéndole en Madrid. Entonces comenzó a correr el rumor en territorio franquista de que había sido asesinado por los republicanos. Sospechoso para los republicanos, fue encarcelado durante algunas semanas. Cuenta la historia que estuvo a punto de ser fusilado pero que los milicianos al reconocerle se negaron y pasaban las horas hablando de fútbol con él. Finalmente con la intervención del anarquista Melchor Rodríguez salió libre y huyó a Francia donde jugó y entrenó al Niza hasta el 38. En principio también sospechoso para los franquistas por haber jugado en la Selección Catalana y por haber recibido diversas condecoraciones republicanas, cambiaron de actitud y fue utilizado por Franco para su propaganda, mostrándole como un héroe afín a su causa. Disputó varios partidos en beneficio del bando reaccionario y posteriormente hizo carrera como entrenador de diversos equipos.

- Juan José Nogués Portalatín (1909 – 1998). Al volver del Mundial continuó jugando en el FC Barcelona hasta la Guerra Civil. Pasó la Guerra Civil en Barcelona donde siguió jugando a fútbol y ejerciendo de taxista. Tras la Guerra jugó en el Barcelona hasta 1942. Más tarde el aragonés fue entrenador de varios equipos de primera división.

Defensas

Ciriaco Errasti Siunaga (1904 – 1984). Tras el Mundial siguió jugando en el Madrid CF. Durante la Guerra Civil disputó varios partidos organizados por el bando franquista en las ciudades que iban ocupando. Al acabar la guerra deja la práctica del fútbol y vuelve a su Eibar natal donde ocupa el cargo de director de la sucursal del Banco Guipuzcoano.

Jacinto Quincoces López (1905 – 1997). Continuó jugando en el Madrid CF hasta la Guerra Civil. Durante la guerra fue conductor de ambulancias vinculado al bando franquista, y disputó algunos partidos benéficos también para este bando. Tuvo un papel similar al de Zamora aunque en menor medida como símbolo propagandístico. Al reanudarse las competiciones volvió a jugar en el entonces Real Madrid hasta 1942. Tras retirarse fue entrenador de varios equipos, incluyendo el propio Real Madrid y la Selección Española. También estuvo vinculado a la pelota mano, siendo jugador de pala y presidente de la Federación de Pelota Valenciana.

Ramón Zabalo Zubiaurre (1910 – 1967). Tras el Mundial vuelve a España para seguir jugando en el FC Barcelona. En 1937 emprende una gira por América con su club con el fin de conseguir dinero para la causa republicana. Ese mismo año se exilia en Francia ante la inminente caída de Cataluña y ficha por el Racing de París donde juega hasta 1944. En ese año decide volver a Barcelona y firma una temporada con el FC Barcelona, acabada la cual se desvincula del fútbol.

Centrocampistas

Juan Marrero Pérez “Hilario” (1905 – 1989). De vuelta de Italia continuó en el Madrid CF hasta 1936 cuando ficha por el Valencia. Sin embargo la Guerra Civil le pilla en A Coruña donde disputa algunos partidos benéficos con los conjuntos gallegos. Tras la Guerra su carrera siguió en varios clubes hasta su retiro en 1943. Posteriormente fue entrenador.

Leonardo Cilaurren Uriarte (1912 – 1969). Siguió en el Athletic Club hasta la Guerra Civil. Entonces se embarcó en la aventura de la Selección de Euskadi que le llevó finalmente a Sudamérica. Allí se exilió y jugó en River Plate, Peñarol y Real España de México, retirándose en 1945. Años después regresó a España antes de morir.

Martín Marculeta Barbería (1907 – 1984). A su vuelta del Mundial dejó la Real Sociedad para fichar por el Atlético de Madrid. Durante la Guerra Civil jugó con la Real Sociedad en partidos y torneos benéficos organizados por los carlistas. Tras la contienda fue entrenador entre otros del Real Gijón.

José Muguerza Anitúa (1911 – 1984). Finalizó su carrera en el club de toda su vida, el Athletic, retirándose con el inicio de la Guerra Civil en 1936. Se fue a vivir a México donde fue entrenador.
Simón Lecue Andrade (1912 – 1984). Tras el Mundial de Italia siguió en el Betis, fichando para la temporada 35-36 por el Madrid CF. Fue el autor del último gol de la Selección de la República de España. Al estallar la Guerra fue trasladado a Madrid por la directiva de su nuevo club con el ánimo de protegerle debido a que era una de las mayores promesas del fútbol español. A partir de él se reconstruyó el Real Madrid de la posguerra. En el 42 firmó por el Valencia y jugó su última temporada en el Zaragoza en el 49.

Federico Sáez Villegas “Fede” (1912 – ¿?). Siguió su carrera en el Sevilla FC. Durante la Guerra disputó partidos benéficos para los comedores infantiles de Falange. Tras la Guerra se retiró en el propio Sevilla en 1941.

Delanteros

Crisant Bosch y Espín (1907 – 1981). Regresado del Mundial, siguió jugando en el club de toda su vida, el Espanyol. Durante la Guerra Civil junto con otros socios del Espanyol se enfrentó a los milicianos pronunciándose en contra de la colectivización del club. Acabó su carrera en el Espanyol en 1943, aunque en 1946 disputó una temporada con el Terrassa.

Guillermo González del Río García “Campanal” (1912 – 1984). A su vuelta de Italia continuó en el Sevilla FC. Al producirse la sublevación en Sevilla escapó hacia el Norte, llegando hasta Asturias donde combatió en las filas republicanas. Fue hecho prisionero y reenviado a Sevilla donde estuvo encarcelado. Sin embargo poco después recibió el perdón de las autoridades franquistas y volvió a jugar en el Sevilla FC, siendo uno de los mejores delanteros de la posguerra. Posteriormente fue entrenador.

Eduardo González Valiño “Chacho” (1911 – 1979). Tras el Mundial fichó por el Atlético de Madrid procedente del Deportivo. Durante la Guerra Civil sirve en la artillería del ejército de Franco. Al acabar la Guerra vuelve a jugar con el Deportivo donde se retira en 1946. También entrenó a los coruñeses varias temporadas.

Guillermo Gorostiza Pareces (1909 – 1966). Acabado el Mundial vuelve a su Athletic. Al estallar la Guerra Civil se une a la gira pro-República de la Selección de Euskadi. Sin embargo abandona la gira antes de que la selección vasca ponga rumbo a América y vuelve a España a servir en las columnas carlistas, donde también se encuentran varios de sus hermanos. Terminada la Guerra Civil, bala roja continúa en el Athletic hasta 1941 que firma por el Valencia. Allí está hasta 1946, jugando dos años más en el Barakaldo y otro en el Logroñés, retirándose del fútbol de élite. El año siguiente juega en el Juvencia de Trubia asturiano. También fue entrenador de varios equipos.

Pese a servir en las filas carlistas durante la Guerra y ser un icono del NODO y del franquismo, vivió sus últimos años olvidado en una residencia de su Santurtzi natal donde finalmente falleció.
Fue el único futbolista que lució la camiseta de la Selección Española Republicana y de la Selección Española Franquista.

José “Chato” Iraragorri Ealo (1912 – 1983) Tras el Mundial continuó en el Athletic hasta la Guerra Civil. Se sumó a la expedición de la Selección de Euskadi que acabó en Sudamérica y allí se exilia. Fichó por San Lorenzo de Almagro pero tras cinco partido sufrió una lesión de gravedad que le impidió seguir jugando. En 1946 vuelve del exilio y ficha por el Athletic retirándose en 1949 para entrenar al mismo club hasta el ‘52. Posteriormente entrenó a varios equipos más.

Isidro Lángara Galarraga (1912 – 1992). A su vuelta del Mundial continuó en el Oviedo hasta la Guerra Civil. Entonces se suma a la expedición de la Selección de Euskadi que acabó su gira en México. Allí se exilia y pasa al San Lorenzo de Almagro argentino cuatro años, siendo uno de los máximos goleadores de su historia. Posteriormente vuelve a México para jugar tres años en el Real España. En 1946 interrumpe su exilio para jugar dos años para el Oviedo. Sin embargo una vez retirado vuelve a Sudamérica como entrenador.

Luis Regueiro Pagola (1908 – 1995). Tras el Mundial siguió jugando en el Madrid CF hasta la Guerra Civil. Reconocido vasquista, al estallar el conflicto se unió a la gira de la Selección de Euskadi, equipo del que fue líder y capitán. Llevó a cabo labores propagandísticas a favor del bando republicano y de difusión de la situación del pueblo vasco. Finalizada la gira se exilia en México, donde jugó tres temporadas en las filas del Asturias FC, retirándose en 1946.

Ramón de la Fuente Leal “Lafuente” (1907 – 1973). Acabado el Mundial de Italia, dejó el Athletic para fichar por el Atlético de Madrid. En un partido ante el Sevilla de la temporada 35-36 sufre una fractura en la pierna que le hace retirarse del fútbol. Finalizada la Guerra Civil fue entrenador.

Martín Ventolrá (1906 – 1976). Disputado el Mundial volvió a jugar en el FC Barcelona. Con el comienzo de la Guerra Civil participó en la gira en beneficio de la causa republicana que hizo su club por Sudamérica y finalmente se exilió en México. Allí jugó un año en el Real España y otras nueve temporadas en el Atlante. Retirado en 1949, entrenó a varios equipos. Un hijo suyo llegó a ser internacional con México.

Pedro Solé Junoy (1905 – 1982). Una vez eliminado del Mundial volvió al Espanyol hasta el comienzo de la Guerra Civil. En el ’39 fichó por el Murcia jugando dos años, y se retiró del fútbol en 1942 en el Alcoià valenciano. También fue entrenador.

Seleccionador

Amadeo García de Salazar (1886 – 1947). Continuó siendo seleccionador español hasta la Guerra Civil. Fue uno de los fundadores del partido abertzale ANV en Vitoria, además de uno de los impulsores de la Selección de fútbol de Euskadi. La Guerra Civil hizo retirarse a la selección española de la clasificación para el Mundial del ’38, y no volvió a entrenar, continuando con su profesión de doctor.

Hoy, la plaza junto a la que está el Estadio Mendizorroza del Alavés al que un día hizo grande, lleva su nombre.