lunes, 20 de mayo de 2013

Cabeza Gacha


Por Nicolás Samper
Publimetro

El tarado nunca se limita. En sus actos demuestra –cosa que lo hace indefendible ante la luz de cualquier valoración neutral– que solamente él es capaz de sobrepasar sus propias marcas de imbecilidad. Cuando parecía que en los estadios se habían visto tantas cosas absurdas, apareció otra que ya tiene su lugar asegurado en la vitrina del oprobio.

Jugaban Millonarios y Junior. Las cámaras de televisión apuntaron su lente hacia la tribuna sur. Allí se desplegaba una bandera con la cara de Gonzalo Rodríguez Gacha, alias el Mexicano. Los hinchas (¿debería dársele ese calificativo a semejantes cretinos?) de un sector determinado de esa gradería se solazaban por su genialidad. El estúpido usualmente cree que hace las cosas bien y lo peor, que lo que realiza es digno de ser celebrado. Obvio, otros oligofrénicos de la misma estatura mental se convierten en el corifeo ideal, en la fragorosa barra que necesitan para llevar sus tonterías a cabo, a la luz de todos.


No está de más recordarles a esos muchachos que por cuenta de Gonzalo Rodríguez Gacha Millonarios estuvo a punto de desaparecer como institución. Que la Dirección Nacional de Estupefacientes en labor de extinción de dominios se quedó con el 29,1% de las acciones que pertenecían a los herederos del narcotraficante; que también por cuenta de esa situación el club que ellos dicen tanto querer quedó con una mancha indeleble. La de la sangre, la de la violencia, la del traquetismo, la de la ilegalidad de los ochenta.

También habría que recordarles a ellos que Millonarios duró 24 años sin ser campeón, cuenta de cobro que le quiso pasar el destino para pagar el karma de haber contado con semejante joya de accionista. Aunque hablar de fútbol es el mal menor. Sería lindo sentar a los gestores de tan macabra bandera con los familiares de las miles de víctimas que dejó a su paso el dominio tirano del ‘Mexicano’. Con las familias de los 4000 muertos del exterminio político de la UP, por ejemplo. O con los huérfanos que dejaron los atentados del avión de Avianca en Soacha y la bomba de la sede del DAS en Paloquemao. Hubo cientos de atentados y miles de víctimas que no olvidan. Ellos podrían explicarles a los genios de la bandera quién era Gonzalo Rodríguez Gacha. Creo que es la única manera de que entiendan que exhibir un trapo con una de las caras más nefastas y malditas que parió este país con muchas caras nefastas y malditas no es algo que valga la pena guardar como hazaña de irreverencia. No. Es escupirles en la cara a ellos, a los que siguen sufriendo la ausencia de los que se fueron cuando no tenían por qué haberse ido. Esto ni siquiera se trata de fútbol.

Como hincha de Millonarios que soy, siento profunda vergüenza cada vez que se relaciona a Rodríguez Gacha con mi equipo. Siento la misma vergüenza por esos que pagaron y exhibieron la bandera con su cara.

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