sábado, 25 de mayo de 2013

Hasta siempre, San Mamés


La Catedral echa el cierre definitivo frente al Levante tras cien años albergando partidos del Athletic Club de Bilbao.



Por Gorka Posada
Goal.com

Ha llegado el día. Ese día que todo aficionado del Athletic veía en la lejanía. El día en el que más de uno derramará alguna lágrima porque toca decir adiós a un templo. Un templo en el que siempre soñabas jugar desde pequeño. Ese templo mágico que ha creado grandes amistades en las gradas. Hoy, ante el Levante, ese templo no volverá a albergar ningún partido oficial.

San Mamés no es un campo cualquiera. Algo tendrá que todos los jugadores que han pasado por él lo acaban destacando en algún momento de su vida. Es un estadio que deja huella por quien lo pisa.

La historia

El 10 de diciembre de 1912, la Junta General del Athletic comenzó a buscar un lugar para albergar un nuevo campo, ya que el del Lamiako y posteriormente el de Jolaseta se quedaba pequeño. Alejandro de la Sota, presidente por aquel entonces, consigue un proyecto para construir el nuevo campo cerca de un asilo que a su vez estaba construido encima de una antigua ermita en honor a San Mamés. Unas 50.000 pesetas fueron necesarias para crear el nuevo terreno de juego de los bilbaínos.

Las obras comenzaron el 20 de enero de 1913 y siete meses después, el 21 de agosto del mismo año, San Mamés albergó su primer partido entre Athletic y Racing de Irún, en un triangular donde también estuvo presente el Sepherd’s Busch inglés.

El primer tanto logrado en La Catedral fue obra de Pichichi, por eso, cada vez que un equipo pisa por primera vez el feudo rojiblanco hace una ofrenda floral al busto del jugador, situado en la tribuna central, creada en 1952 y adornada con un arco que se convertiría en el signo de identidad de San Mamés. A raíz del mundial de España de 1982, el estadio sufrió unas modificaciones y se convirtió en lo que definitivamente es ahora y que dejará de serlo tras el 5 de junio para dar paso a un nuevo estadio.

A la gente del club tampoco le deja indiferente el derribo de San Mamés. José Ángel Iribar, símbolo rojiblanco, ya ha declarado recientemente que llorará en la demolición del viejo estadio. "Alguna lagrimilla ya caerá, es inevitable". Al igual que el 'Txopo', Carlos Gurpegui también opina lo mismo: “No sé cómo vamos a reaccionar. Será muy emotivo”.

"Las sensaciones más fuertes han sido en San Mamés y a medida de que se acerca el derribo... Me da mucha pena. Se respira fútbol. No sólo lo decimos nosotros. Los comentarios de rivales, de compañeros de la Selección, te abren los ojos a la suerte de jugar aquí cada quince días. San Mamés es el estadio de los estadios", declaraba Joseba Etxeberria en una reciente entrevista.

Los 'jefes'

25 presidentes han pasado por el palco de La Catedral desde que Alejandro de la Sota inaugurara el estadio: Ricardo de Irezabal, Ernesto Bourgeaud, José María Vilallonga, Manuel de la Sota, Manuel Castellanos, José María Olabarria, Luis Casajuana, Roberto de Arteche, José María Larrea, Enrique Guzmán, Javier Prado, Julio Eguskiza, Félix Oráa, José Antonio Egidazu, Jesús María Duñabeitia, Pedro Aurtenetxe, José Julián Lertxundi, José María Arrate, Javier Uria, Ignacio Ugartetxe, Fernando Lamikiz, Ana Urquijo, Fernando García Macua y Josu Urrutia, que será el último que se siente en el palco de San Mamés.

La despedida emotiva será el próximo 5 de junio, donde el Athletic se enfrentará a una selección de jugadores de Bizkaia dirigida por Txetxu Rojo e Iñaki Sáez. Aunque el templo bilbaíno también acogió un partido muy emotivo en 1998: El año del Centenario. José María Arrate no lo dudó y trajo para la ocasión a un rival de excepción. Brasil, vigente campeón del mundo, pisaba La Catedral un 31 de mayo de 1988. El encuentro acabó 1-1, y el brazalete de capitán lo portaba el hoy presidente, Josu Urrutia.

San Mamés, beti gurekin (Siempre con nosotros)

Personalmente, San Mamés es mi segunda casa. Un lugar mágico, de los que sientes que tienen algo especial en cuanto entras. Uno de los llamados 'lugares de poder', en el que su magia y su encanto te atrapan cada vez que escuchas el himno del Athletic instantes antes de que los equipos salten al césped. La sensación que tuve mi primer día en este templo es indescriptible.

Con apenas 6 años era consciente de todo lo que me rodeaba, de lo especial de ese lugar. Nada más entrar por la puerta tienes la sensación de que ha ocurrido algo importante ahí, que forma parte de la historia. ¡La historia del Athletic! Se respira fútbol por los cuatro costados. Los encargados de verificar tu entrada también son diferentes. La txapela roja que portan los 'txapelgorris' te advierte que no vas a entrar a un lugar cualquiera... ¡Si hasta el olor a puro es agradable en San Mamés!

Nunca pensé que iba a llegar este momento. Sinceramente, estoy seguro de que voy a llorar en cuanto vea a los operarios desmontar el arco y a las máquinas hacer escombros La Catedral. Es inevitable. Es el lugar donde se ha concentrado durante tanto tiempo alegría, tristeza, esperanza y lo más importante: sueños. Porque desde el primer momento que pones los pies en San Mamés sueñas con jugar ahí, defendiendo los colores del Athletic, tu equipo.

Lo he estado hablando con mi compañero de butaca, Iker Jairo, con el que siempre iba a San Mamés y coincidimos plénamente en las noches mágicas vividas en la grada: La remontada en 15 minutos a Osasuna con gol final de Julen Guerrero (de 0-3 a 4-3), el gol de Joseba Etxeberria ante el Real Zaragoza en la temporada 96/97 que daba la clasificación al Athletic para la Champions League, la semifinal de Copa del Rey ante el Sevilla que devolvía a los rojiblancos a una final 25 años después y cómo no, las victorias al Manchester United y al Sporting de Portugal, que permitían a los 'aldeanos' llegar a la final de la UEFA Europa League. Éste último partido fue, sin duda, el último partido mágico que albergó La Catedral.

Por ello, por todo lo que hemos vivido juntos, gracias San Mamés.

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